Recientemente alguien me comentaba que había viajado sólo a muchas partes del mundo por razones de trabajo. Lo que más me llamó la atención fue cuando escuché decirle que ha ido a conciertos de sus artistas favoritos y presentaciones artísticas de renombre. Deduzco que es una persona capaz de aprovechar las oportunidades que la vida le brinda. He observado que los hombres y las mujeres con habilidad de adaptación son propensas a gozar la vida más intensamente y a la vez están más contentos consigo mismos.
Uno de los errores que a menudo cometemos los seres humanos es pensar que nos vamos a sentir felices y realizados cuando determinada situación cambie, el sueldo incremente, la salud se recupere, o lo que es peor, cuando creemos que las otras personas deben cambiar su forma de ser para sentirnos mejor. Al mantener este tipo de creencias estamos condicionando nuestra felicidad a factores externos que puede ser lleguen a ocurrir un día o no; sin embargo, nos estamos perdiendo la maravillosa oportunidad de vivir el presente, el día de hoy.
A sus 90 años mi padre es un hombre lleno de entusiasmo y vitalidad. En mis recuerdos tengo muy presente su envidiable manera de soñar. Recordemos que en la historia de la humanidad grandes cosas se han llevado a cabo por el simple hecho de soñar.
Una característica adicional sobre mi padre es su incuestionable deseo de aprender algo nuevo cada día. Podemos lograr este buen hábito a través de la lectura, de la plática con otra persona, del estudio continuo y de la propia experiencia diaria. Cuando llegamos al final del día con un aprendizaje, podemos ser más conscientes de nuestra propia existencia y disfrutar los distintos eventos de nuestras vidas.
Finalmente, recordemos la necesidad de compartir con otras personas nuestra forma de pensar, de sentir y de ver la vida. Como seres gregarios que somos, es imperativo darnos tiempo de formar parte de diferentes índoles de grupos ya que el ser aceptados es un paso que nos llevará a la autorrealización.
Busquemos esas oportunidades que nos permiten estar más contentos con lo que somos, tenemos y hacemos. Viviendo el presente con la ilusión de un futuro lleno de grandes oportunidades para aprender y crecer como individuos que forma parte de un todo y que a la vez disfruta su propia individualidad.
Dilcia Betancourt. Life Coach
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